Seguimos con las entrevistas dentro del Proyecto 5Más+, en esta ocasión nos sentamos a hablar con Miriam Álamo, exjugadora de Liga Femenina 2, jugadora de categorías base de la Selección Española, varias veces campeona de España como jugadora y oro y bronce en los Campeonatos de España de SSAA como seleccionadora ayudante.
Antes de ser entrenadora fuiste jugadora de Liga 2, crees que esa experiencia te ha facilitado el camino para ser entrenadora?
Si, ser jugadora a ese nivel te ayuda a ver y a aprender un baloncesto más completo a nivel técnico- táctico. Hay detalles del juego individual y colectivo que no conoces pero que aprendes porque los entrenadores que te dirigen son personas con muchos conocimientos, te ayudan para ser mejor jugadora, eso se interioriza y me facilita el poder transmitirlo. Pero la transmisión de estos conocimientos depende también de la calidad y edad del grupo que entrene.
¿Como entrenadora de categorías de formación cuál crees que es la principal diferencia entre jugadores niños y niñas?
Para mi hay una diferencia clara entre niños y niñas que surge desde la infancia y que lo transmiten en parte las familias y, es que, parece que una niña no puede hacer un deporte donde haya un contacto físico porque puede lastimarse, caerse o magullarse y debe practicar un deporte donde no haya tanto contacto o ese contacto sea mínimo.En cambio, a los niños se les transmite que ellos son “hombres” y como tal están preparados para deportes “más duros” y si te caes, no importa, te levantas porque para eso eres “hombre”. Lo que quiero decir es que enseñamos que las niñas son niñas y como mujeres que son deben hacer otro tipo de deporte que no sea tan “violento”. Lo veo también en los mismos entrenadores y entrenadoras. He observado entrenadores y entrenadoras dirigiendo a niños de una manera y a niñas de otra manera “más suave” porque creen que se pueden sentir mal o no van a rendir igual si se les exige mucho, y eso es una equivocación.
¿Por qué crees que hay un menor número de licencias de jugadoras que de jugadores?
Como dije antes, en parte por ese miedo social a que las niñas se puedan lastimar o a que no estén hechas para deportes de contacto. Los padres prefieren que haga otro deporte y se lo van transmitiendo, muchas veces de manera involuntaria y otras veces con comentarios como: “Pero, ¿No te gusta más “X” deporte donde nadie te va a empujar o golpear?” comentarios así restan ganas e ilusión por practicar el baloncesto.
La edad de abandono en jugadoras es muy alta cuando se alcanza la edad cadete y junior, ¿en tu época de jugadora de esas categorías sucedía lo mismo?
Sí, recuerdo llegar a 2º año Junior y en ese equipo sólo éramos dos jugadoras de último año, en infantiles éramos 10 de la misma edad. Creo que esa es una edad crítica en ambos sexos, pero sobre todo en chicas, tal vez porque maduran antes que los chicos. Pero el baloncesto, como deporte, requiere esfuerzo, trabajo y constancia y para eso, lo que haces tiene que gustarte, tengas el nivel que tengas. Si algo, no te gusta o no te convence, en esas edades empiezas a descubrir otras cosas que te agradan más, a lo mejor, quedar con tus amigas para ir al cine, tomar algo o ir al gimnasio. Si el baloncesto te gusta y quieres seguir practicándolo es totalmente compatible con los estudios pero, si no te gusta del todo prefieres invertir ese tiempo en otras cosas.
Deportivamente te formaste en el antiguo Sandra Gran Canaria, un club femenino por excelencia. ¿crees que en los clubes mixtos se le da mayor protagonismo a la sección masculina que a la femenina?
No lo creo. En los clubes que conozco más de cerca porque he formado parte de ellos en ningún momento he notado o percibido que los chicos tengan mejor cancha, balones, entrenadores u horarios de entrenamiento porque sean chicos. De hecho, he visto jugadoras con un nivel alto de baloncesto al igual que chicos que forman el mismo Club.
Has entrenado a equipos seniors femenino y a equipos de base tanto masculinos como femeninos, ¿sigues una filosofía diferente para unos y otros?
Sí que la sigo, creo que los hombres y las mujeres están codificados cerebralmente de diferente manera. Es decir, los hombres siguen las directrices tal como se las dices, si le dices por ejemplo: “Tienes que defender a X jugador y no puede recibir” él lo va a hacer, no se va a plantear si es mejor o peor defensor que su compañero y si se lo plantea, no importa, va a hacer lo que le estás pidiendo, no hay que convencerlo. Con las chicas es diferente, las mujeres nos planteamos más las cosas, le damos más vueltas y hay que convencernos de por qué las cosas son de una o de otra manera. No entreno cosas diferentes, creo que hay cosas que las mujeres, sobre todo por el físico no podemos hacer pero para lo demás estamos preparadas. Sobre todo a nivel psicológico si que sigo diferentes filosofías.
Como entrenadora ayudante de la Federación Canaria de Baloncesto has sido oro en cadete y bronce en infantil, además de ser cuarta en esta última categoría ¿Crees que es más difícil para una mujer alcanzar un papel protagonista en la dirección de equipo?
No lo creo, en los últimos años que he estado en Selecciones los hombres con los que he estado de entrenadora ayudante siempre me han escuchado y han valorado mis opiniones para cambiar cosas de la táctica si hiciera falta, realizar cambios en partido, etc. Dirigir no puedo dirigir porque ese no es mi papel aquí, es otro, y no he tenido ningún problema, de hecho, a día de hoy puedo decir incluso que son mis amigos. No creo que una mujer no pueda dirigir una selección, a lo largo de la historia hay muchas mujeres que lo han hecho y lo han hecho de manera excelente pero, también es cierto que no se puede poner a una mujer a cargo de una selección por el simple hecho de que sea mujer, tiene que ser una persona que sepa de baloncesto y que tenga las capacidades que los directores técnicos de la Federación Canaria creen que se debe tener para asumir ese papel.
¿Alguna vez has notado diferencia de trato entre entrenadores y entrenadoras en una pista de baloncesto?
Sí lo he notado. En ocasiones, a las mujeres se nos dirigen los árbitros en los partidos de diferente manera y si eres ayudante más. No es que te traten mal o te menosprecien pero a la mínima que comentes o digas algo, te mandan a sentarte o a callar y he visto que con los hombres, les dejan montar “mas jaleo” y ya cuando ha pasado un tiempo lo mandan a sentarse.
Cuando pasaste de jugadora a entrenadora, ¿qué entrenador o entrenadora te resultaba un referente, un modelo a seguir?
Empecé a entrenar porque me encanta el baloncesto, me había lesionado en varias ocasiones de forma reiterada y no quería seguir sufriendo lesiones y eso me hizo dar el paso de ser entrenadora y poder transmitir lo que sé. Pero no decidí dar el paso porque tuviera un modelo de entrenador referente, a lo largo de mi historia como jugadora me han influido muchos entrenadores y entrenadoras de los que he podido aprender para bien y para mal.
¿Qué crees que hace falta para que el número de licencias de entrenadores masculinos y femeninos se equipare?
Las mujeres tenemos un handicap y es que en algún momento de nuestras vidas, la mayoría quiere ser madre, ser madre significa muchas cosas y hace que no puedas dedicarle todo el tiempo que desearías al baloncesto. Si fuera más fácil compatibilizar las dos cosas, igual tendríamos más entrenadoras.
Se debe dar oportunidades a las mujeres para entrenar, quien no se equivoca nunca aprende, no sólo podemos entrenar equipos femeninos también se podemos entrenar equipos masculinos.
Dános 5 razones por las que una niña debe empezar a jugar a baloncesto a una edad temprana.
Diversión, Amistad, Salud, Valores para la Vida y Respeto.